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Columna mensual de Pregúntale a Lucy: Rigidez, empezar a escribir, revisar el correo electrónico

¿Tienes alguna pregunta que te gustaría que la columna respondiera? Puedes enviarla aquí .


Mi hijo adolescente con autismo 2e se resiste mucho a cambiar su forma de hacer las cosas. Lo he animado a anotar los eventos importantes en su calendario, pero no lo hace porque "no lo necesita" (aunque inevitablemente se le olvida). Su bandeja de entrada tiene casi 4000 mensajes porque se niega a borrarlos o archivarlos. Siempre que intento hablar con él sobre esto, terminamos en un tira y afloja. ¿Hay alguna manera de iniciar estas conversaciones sin que se cierre?


Conozco bien este patrón. Lo he observado tanto en mis alumnos como en mí. Lo llamo el "no reflejo". Este término fue acuñado originalmente por la bloguera autista Cynthia Kim para describir el "no" instintivo que surge como reacción a algo nuevo. Me encanta esta expresión porque capta una característica fundamental de esta rigidez: es reflexiva. No hablamos de un "no" meditado, razonado y basado en un análisis equilibrado de los hechos. Es un "no" inmediato, inequívoco, pronunciado antes de que se formule la pregunta.


Iniciar una conversación sobre el no reflejo.


  • Hazlo casual y sin prejuicios.

  • Leí una entrada de blog interesante sobre cómo algunas personas neurodivergentes/autistas tienen esta "falta de reflejos", lo que les dificulta mucho cambiar de ritmo y probar algo nuevo. ¿Te sientes identificado con eso?

  • Por supuesto, alguien con un reflejo de ausencia activo probablemente responderá que no a una pregunta sobre dicho reflejo. Si esa es la respuesta, no te resistas, pero considera compartir más información o volver a hablar del tema.


Validar


Este consejo puede parecer contradictorio a primera vista. ¿Para qué validar algo que intentas cambiar? La cuestión es la siguiente: la validación no se trata de estar de acuerdo con un pensamiento. Se trata de reconocer y aceptar la experiencia emocional que lo sustenta. Puedes lograrlo:

  • Este parece uno de esos momentos sin reflejos. Sé que es difícil cambiar de ritmo cuando uno está acostumbrado a hacer las cosas de cierta manera.

  • (dijo con una sonrisa) “Te ves bastante exasperado, lo cual es totalmente justo, ya que ya hemos hablado de esto antes”.

  • Supongo que es molesto tener esta conversación de nuevo. Lo entiendo perfectamente. Aunque creo que valdría la pena hablar de esto... ¿Te parece bien si comparto un par de ideas y luego terminamos?


Cabe mencionar que cuando un niño (o adolescente) se resiste a una tarea, algo en ella suele resultarle aversivo o amenazante. Si nos oponemos a esta resistencia, corremos el riesgo de fortalecerla y consolidar el patrón de evasión.


Sin embargo, si reconocemos y validamos sus sentimientos, podemos disminuir su necesidad percibida de defenderse y abrir la puerta para una mayor conversación.


Modelar el pensamiento flexible


No hay nada más irónico que un intento rígido de fomentar la flexibilidad. Si quieres que tu hijo reconozca sus errores, tú también deberías hacerlo. (Y si, como yo, escribes entradas de blog sobre ello, sin duda necesitas hacerlo).


Date cuenta cuando te equivocas. Señálalo. Ríete de ti mismo si puedes. Ponte como ejemplo: "¿Recuerdas cómo estaba seguro de que [...], y luego aprendí que...?". Este tipo de comentario ayuda a comunicar que cambiar de opinión es una virtud, no una señal de derrota, y que no estás señalando a tu hijo. Todos se benefician de una mayor flexibilidad.


Empieza con: “Me pregunto…”


Me gusta esta formulación porque es informal y no intimidante. Permite sembrar semillas y anima a la otra persona a explorar un nuevo enfoque de forma independiente. También permite la posibilidad de equivocarse (véase más arriba sobre la flexibilidad en el modelado).


  • Me pregunto cómo otros estudiantes neurodivergentes de secundaria gestionan sus horarios y se mantienen al día con el correo electrónico.

  • “Me pregunto si usar carpetas en la bandeja de entrada podría facilitar la revisión del correo electrónico”.

  • “Me pregunto si podríamos intentar usar un calendario familiar compartido para las fechas importantes”.


Planifique una maratón, no un sprint


La rigidez rara vez desaparece de la noche a la mañana. Lo que buscas es una relajación gradual de tus patrones de pensamiento, no una transformación inmediata. Ir demasiado rápido suele exacerbar la falta de reflejos, pero si te concentras en sembrar semillas y despertar la curiosidad, puedes sentar las bases para una forma de ser más reflexiva y menos reflexiva.



Estoy en el penúltimo año de preparatoria y me ha costado mucho escribir. No me atrevo a empezar, y a medida que procrastino, la tarea se vuelve cada vez más grande y me llena de pavor. ¿Será TDAH? ¿Y qué debo hacer al respecto?


Quiero empezar felicitándote por tu autoconciencia y perspicacia. Has hecho una valiosa observación, y ese es el primer paso para resolver el problema. Esa autoconciencia te servirá al probar estrategias y buscar una solución.


En respuesta a la primera parte de su pregunta, puedo decirle que, anecdóticamente, esto es ciertamente común en el TDAH, aunque no es un fenómeno exclusivo del TDAH. Describe una dificultad para iniciar tareas, lo cual se enmarca dentro de los problemas de funcionamiento ejecutivo característicos del TDAH. También es común que estos desafíos surjan a medida que aumenta la carga académica.


¿Qué hacer entonces? Hay diferentes perspectivas para abordar este problema…


Ángulo n.° 1: Abordar las expectativas


Nuestras creencias y expectativas sobre una tarea influyen significativamente en nuestra decisión de empezar (o no). Los psicólogos educativos lo describen mediante un marco denominado teoría del valor-expectativa. Según esta teoría, nuestra motivación para hacer algo depende de dos cuestiones:

  1. ¿Qué resultado espero? ¿Soy capaz de lograrlo? (Esa es la parte de la expectativa).

  2. ¿Vale la pena realizar esta tarea? (Esa es la parte del valor).


Parece que estás muy motivado para realizar estas tareas, así que les ves valor. Es la primera parte, la


En mi experiencia, el miedo inducido por la escritura a menudo está alimentado por nuestras expectativas y creencias, que comúnmente incluyen:


  • Esto va a ser muy difícil.

  • No puedo hacer esto

  • Esto será desagradable y quizás hasta intolerable.


Estos pensamientos no son del todo erróneos. Claro que escribir puede ser difícil y estresante; de lo contrario, no lo evitarías. Sin embargo, el pensamiento excesivamente negativo no refleja plenamente la realidad, y al corregir las distorsiones cognitivas, podemos adoptar una mentalidad más productiva.


  • Me sentiré mucho mejor cuando termine esto.

  • Puedo hacer cosas difíciles.

  • Si sigo practicando, escribir será más fácil.

  • Lo tomaré paso a paso.


También puede ser útil anotar la dificultad esperada de una tarea antes de realizarla y luego registrar la dificultad real después. (Para esto, utilizo una escala del 0 al 5). Podrías descubrir una discrepancia entre tus expectativas y la realidad, y esta comprensión puede ayudarte a ajustar tus creencias.

 

Ángulo 2: Abordar la cuestión de lo abierto.


Otra causa común de procrastinación es no saber por dónde empezar. Las tareas de escritura pueden ser abrumadoramente indefinidas, lo que provoca parálisis y pánico. Si no estás seguro de qué hacer primero, aquí tienes algunas ideas:


  • Establezca un temporizador: un truco psicológico; algo en esto lo hace más fácil.

  • Reúne todos los materiales que necesitas en un solo lugar. A veces, con solo mirar tus apuntes y lecturas puedes obtener ideas.

  • Utilice esta práctica lista de verificación de tareas de escritura que preparé para trazar el proceso.

  • Intenta expresar tus pensamientos en un medio diferente: grábate hablando e introdúcelo en un software de transcripción, dibuja ideas en una pizarra o en notas adhesivas, haz un mapa mental o háblalo con un profesor, amigo, tutor o padre.

 

Ángulo 3: Aprendizaje de habilidades.


Empezar es una habilidad; si la practicas con eficacia, mejorarás. La clave está en practicar con constancia, no solo cuando la necesites.


Piénsalo así: si estuvieras aprendiendo a surfear, no te subirías a la tabla, remarías hacia el océano y esperarías una ola gigante. Empezarías poco a poco y progresarías poco a poco. De igual manera, practicar regularmente iniciar tareas ligeramente desagradables puede prepararte para grandes desafíos.


¿Algún consejo para los adolescentes o adultos jóvenes que tienen dificultades para mantenerse al día con el correo electrónico?


El correo electrónico supone un gran reto para la función ejecutiva. Es un compromiso continuo, no una tarea aislada, y compromete todas las habilidades de la función ejecutiva, desde la organización hasta la priorización y la flexibilidad. Aquí tienes algunos de mis consejos y estrategias favoritos.


Hazlo un hábito. Reserva un tiempo fijo para revisar el correo electrónico y reserva más tiempo del que crees que necesitarás.


Un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar. Esta máxima de la organización del hogar también aplica al correo electrónico. Tener un lugar específico para cada tipo de mensaje puede reducir la fatiga de decisión y simplificar la gestión del correo electrónico.


Desglosarlo. Las listas de verificación pueden ayudar a convertir la idea vaga y desestructurada de "revisar el correo electrónico" en una serie de pasos prácticos:


  • Escanee la bandeja de entrada y elimine el spam

  • Destacar mensajes que requieren respuestas

  • Posponer mensajes que no serán relevantes hasta más tarde

  • Utilice etiquetas para categorizar los mensajes


Actualice la lista de verificación a medida que avanza. De esta manera, reduce la carga de la memoria de trabajo y minimiza el riesgo de olvidar algo importante.


Mantén un registro actualizado con las reglas y plantillas de correo electrónico. En la universidad, envié casi un millón de versiones del mismo correo electrónico "¿Puedo asistir al horario de oficina?". Nunca se me ocurrió escribir un guion y consultarlo, pero así habría ahorrado mucho tiempo y esfuerzo. A los adolescentes y jóvenes con autismo les puede resultar especialmente útil tener en cuenta las reglas sociales relacionadas con el correo electrónico.


Experimenta con IA. Últimamente, le he estado pidiendo a Grammarly que genere varias versiones de un correo electrónico que me cuesta escribir. Casi nunca uso una de esas versiones completa, pero pienso en la redacción de cada opción y me pregunto qué suena natural.



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Acerca de Lucy: Me gradué de Stanford en 2024 con una licenciatura en psicología y estudios eslavos. Actualmente vivo en Boston y trabajo como tutora de escritura, enfocándome en apoyar a estudiantes neurodivergentes/2e. He estado involucrada en el mundo de la neurodiversidad desde que me diagnosticaron autismo a los 18 años. Espero obtener un doctorado en psicología y desarrollar intervenciones basadas en la evidencia para ayudar a los estudiantes neurodivergentes a escribir. Para consultas sobre tutorías, visita mi sitio web .

 
 
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